Empezar a hacer, decidir sobre presión, arriesgar ante diversas posibilidades.
Según nuestra experiencia previa decidimos actuar de una cierta forma ante un determinado evento tomando en consideración tanto el esfuerzo cognitivo requerido como la probabilidad de satisfacción de nuestras necesidades, ya sea la aprobación de los demás o la minimización de conflictos, por ejemplo.
La parálisis por análisis es dejar de actuar en situaciones en que tenemos que tomar decisiones importantes por un exceso de pensamientos reflexivos, recogiendo tanta información sobre el tema que el exceso de análisis complica la toma de decisión correcta por el esfuerzo cognitivo que se precisa.
Es el error típico de los proyectos que aspiran a la perfección y nunca se concretan porque se ven inmersos en el permanente análisis previo.
Al exceso de información se le llama infoxicación, que es el bloqueo mental que produce la incapacidad de analizar toda la información disponible, a menudo desde puntos de vista diferentes. Cuantas más opciones buscamos, más esfuerzo dedicaremos a analizar y evaluar todas las opciones para elegir la mejor, pudiendo convertirse en un proceso agotador y frustrante.
También es, desde la óptica de la psicología, reflexionar obsesivamente sobre cualquier conflicto social y las diferentes posibilidades que se darán después de actuar de una u otra manera. El temor a equivocarnos puede alimentar la ansiedad y llevarnos en ocasiones a la incapacidad de gestionar esta emoción y avanzar en la resolución de problemas. Se ha acuñado el término ansiedad informacional para referirse a los sentimientos que nos producen nuestras limitaciones cognitivas para asimilar la sobreabundancia actual de información. Cuando pensamos excesivamente sobre una situación problemática puede surgir la parálisis por análisis, estancándonos en el terreno de las ideas en lugar de actuar para solucionar la situación. O podemos paralizarnos buscando el perfeccionismo en un trabajo académico o un proyecto, que queda sin terminar porque siempre hay algún dato que añadir o algo que mejorar. A menudo es el miedo al fracaso lo que nos lleva al perfeccionismo.
Frente a esta parálisis se aconseja practicar la ignorancia selectiva, una expresión que se refiere a desdeñar la información innecesaria que nos distrae para concentrarnos en lo verdaderamente relevante de la situación, siendo más conscientes de nuestras metas vitales. Aunque tener información mejora nuestras decisiones hay un límite: cuando pasamos más tiempo estudiando las posibilidades que actuando, generando indecisión y ansiedad. Para superar la parálisis por análisis no tenemos que obsesionarnos con la solución perfecta, sino concentrarnos en lo verdaderamente importante eligiendo la primera opción que se ajuste a nuestras expectativas y que nos resulte suficientemente razonable y práctica, dejando de lado los pequeños detalles que posiblemente cambien o caduquen con el tiempo. Es importante que definamos bien nuestros objetivos basados en nuestros valores, haciendo consciente lo que más deseamos y queremos lograr. Y después elaborar un plan y ponerlo en práctica.
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